¿Cómo podemos comunicarnos mis eficazmente con Dios?

Enós 1
"1. Debemos orar frecuentemente. Deberíamos estar a solas con nuestro Padre Celestial por lo menos dos o tres veces por día: ' . . . tanto en la mañana, como al mediodía y en la tarde', como lo sugieren las Escrituras (Alma 34:21). También se nos dice que debemos orar siempre (véase 2 Nefi 32:9; D. y C. 88:126). Esto significa que nuestro corazón debe estar rebosante y entregado en oración a nuestro Padre continuamente (véase Alma 34:27).
"2. Debemos encontrar un lugar apropiado para meditar y orar. Se nos amonesta a que lo hagamos en nuestros aposentos, en nuestros sitios secretos y en nuestros yermos (Alma 34:26). O sea, debemos estar libres de toda distracción, y estar en secreto (3 Nefi 13:5-6).
"3. Debemos prepararnos para la oración. Si no sentimos el deseo de orar, es entonces cuando debemos hacerlo hasta que nos sintamos dispuestos. Debemos ser humildes (D. y C. 112:10), debemos suplicar perdón y clemencia (Alma 34:17-18), y perdonar a todo el que nos haya ofendido (Marcos 11:25). Aun así, las Escrituras nos advierten que nuestras oraciones serán vanas si despreciamos al indigente y al desnudo, y no visitamos al enfermo y afligido, si no damos de nuestros bienes (Alma 34:28).
"4. Nuestras oraciones deben ser significativas y apropiadas. No debemos usar las mismas frases. Cualquiera de nosotros se molestaría si un amigo le repitiera todos los días las mismas palabras, demostrara que la conversación le resulta un fastidio, y diera la impresión de que esta deseando terminarla para encender el televisor y olvidarse de nosotros.

"En todas nuestras oraciones debemos usar un lenguaje refinado similar al que se usa en las Escrituras, hablándole de "tú" a Dios y evitando las expresiones vulgares. En esa forma demostramos mayor respeto por El.
"¿Que debemos pedir en nuestras oraciones? Debemos orar sobre la obra que realizamos contra el poder de nuestros enemigos y del diablo, pedir por nuestro bienestar y por el de todos los que nos rodean (Alma 34:20-27). Debemos pedir consejo al Señor acerca de todas nuestras decisiones y actividades (Alma 37:36-37). Debemos ser agradecidos y dar las gracias por todo lo que tenemos (D. y C. 59:21), y debemos reconocer la mano del Señor en todas las cosas. La ingratitud es uno de nuestros peores pecados . . .
"Debemos suplicar por aquello que necesitamos, cuidando de no pedir lo que pueda perjudicarnos (Santiago 4:3). Debemos pedir fortaleza para solucionar nuestros problemas (Alma 31:31-33). También debemos pedir inspiración y bienestar para el Presidente de la Iglesia y las Autoridades Generales, el presidente de la estaca, el obispo, el presidente del quórum que nos corresponde, nuestros maestros orientadores, nuestros familiares y los lideres cívicos. Se podría seguir haciendo sugerencias, pero con la ayuda del Espíritu Santo sabremos por que cosas debemos orar (Romanos 8:26).
"5. Después de haber elevado nuestra petición, tenemos la responsabilidad de hacer nuestra parte para que se cumpla lo que pedimos. Debemos escuchar, porque quizás el Señor quiera aconsejarnos mientras todavía estemos de rodillas. El presidente David O. McKay dijo: 'La sinceridad en la oración implica que cuando pedimos una virtud o una bendición estamos dispuestos a esforzarnos por lograr la bendición y cultivar la virtud'.

Ezra Taft Benson

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