El Señor tiene presente a todos sus hijos dondequiera que estén

Alma 29:1-8
El deseo de Alma de predicar "a todo pueblo" (vers. 1) era normal en un hombre que amaba el alma de los hombres. El sabía que "el valor de las almas es grande a la vista de Dios" (D. y C. 18:10) y que si trabajamos "todos [nuestros] . . . días proclamando el arrepentimiento a este pueblo, y llevamos . . . una sola alma" a la salvación, nuestro gozo será grande con El en el reino de nuestro Padre Celestial. (D. y C. 18:15.) Pero Alma también sabia que Dios otorga a todos los hombres tanto como "él juzgue conveniente que tengan" (Alma 29:8). Y ciertamente ello se basa en el mérito que merezcamos. El élder Henry D. Moyle dijo en una conferencia general: "Creo que nosotros, como compañeros de trabajo en el sacerdocio, deberíamos tomar seriamente la amonestación de Alma y contentarnos con lo que Dios nos ha otorgado. Podemos tener la seguridad de que en la preexistencia tuvimos algo que ver con lo que se nos ha dado. Esta es una razón mas por la cual debemos aceptar nuestra condición presente y sacar de ella el mejor provecho, ya que es lo que acordamos hacer. " . . . tuvimos nuestro libre albedrío en la existencia premortal, y lo que somos hoy día es el resultado de lo que hemos querido ser hasta la fecha." (CR, octubre de 1952. pág. 71.)

Tomado del Manual de Instituto

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