"Noé reinó en el lugar de su padre, pero era una persona libertina que resultó ser tirano, a diferencia de su padre, Zeniff, no guió al pueblo según los mandamientos de Dios. Anduvo en tinieblas y pecado.,, siempre tras lo que satisfacía su lujuria o saciaba los deseos de un corazón depravado. La historia de su reinado esta plagada de delitos y crueldad. Es una de las partes de los anales nefitas más desconcertantes. Como pueblo, el Señor los había librado mas de una vez de la venganza causada por el odio y sed de sangre de los lamanitas. Prosperaban cuando obedecían las leyes de Dios: aumentaban en numero, la tierra era fértil y vivían de las cosechas que obtenían de ella. Se sentían felices cuando comían del fruto de sus manos. Eran un pueblo justo y el Señor los libraba del mal. Sus sendas se iluminaban cuando escuchaban la voz de los santos siervos de Dios. La Iglesia de Dios se habla establecido entre ellos, y Zeniff habla llamado sacerdotes para oficiar en las ordenanzas de la ley de Moisés, cuya forma de adoración los nefitas seguían celosamente.
"Siendo como es la naturaleza humana, el ejemplo que dio el inicuo rey Noé atrajo a muchos de los de su pueblo y los indujo a olvidar la bondad del Señor para con sus padres y a seguir al rey en sus practicas inicuas. :El rey, que tradicionalmente habla sido el líder espiritual de sus súbditos, reemplazó a los buenos sacerdotes que Zeniff había consagrado, y en su lugar puso algunos de su propia calaña. Hizo que quienes lo seguían, tal como él mismo había hecho, se rodearan de esposas y concubinas y motivó a su pueblo a cometer toda suerte de iniquidades." (Reynolds y Sjodahl, Commentary, 2:117.)

Tomado del Manual de Instituto