La verdadera humildad

Mosíah 2:19-26
En este hermoso discurso sobre la humildad, encontramos una de las claves de la grandeza del rey Benjamin. La humildad no es pensar que uno mismo no vale nada. Somos los hijos de Dios y la corona de sus creaciones. La verdadera humildad es reconocer la posición que tenemos con relación a Dios. Si verdaderamente comprendiéramos que dependemos totalmente de Dios, como lo comprendía el rey Benjamin, esto afectaría nuestra vida diaria profundamente. Es cuando olvidamos nuestra posición con relación a Dios que comenzamos a confiar en nuestra propia sabiduría, a seguir nuestro propio curso, a abusar de nuestros derechos y a hacer caso omiso de nuestras bendiciones.
La deuda que tenemos con Dios es tan grande que no nos es posible pagarla. Es por eso que Benjamin señala que aunque dedicáramos nuestra alma entera al Señor, seguiríamos siendo servidores inútiles. En otras palabras, nada podemos hacer para colocar a Dios en deudas con nosotros. Nefi expreso el misma concepto cuando enseñó que somos salvos por la gracia de Dios aun después de hacer todo lo que podamos. (Véase 2 Nefi 25:23.) A la vez, Dios no requiere que paguemos lo que hace por nosotros; todo lo que pide es que obedezcamos sus mandamientos, y si lo hacemos, seremos bendecidos temporal v espiritualmente. Esta es la maravilla del amor de Dios; cuanto más tratamos de servirle para pagar lo que ha hecho, tanto mas nos bendice; por lo tanto, llegamos a ser deudores en mayor escala. Seguimos en deuda con El para siempre.

Tomado del Manual de Instituto

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